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Vamos por la vida sin cambiar ni modificar nuestra conducta o nuestros actos,
cuando en realidad debemos hacer todo lo contrario; tomar ejemplo de la propia naturaleza,
todo es un ciclo, los cambios de estación, las migraciones de aves, los cambios
y mudas en la piel de los animales… Todo es un constante cambio. Todo consiste
en supervivencia, desarrollo y transformación en una mejor versión de uno
mismo.
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Debemos ser conscientes; en la medida que podamos, de nuestros actos, pues
ellos son los que al fin y al cabo dominan nuestra vida, no tanto lo que
decimos, sino lo que hacemos. Nuestra actitud ante la vida, esa que sí depende
de nosotros, nuestros "hechos". Eso es ser consciente, darse cuenta de lo que uno hace, de lo
que quieres hacer y de adónde te gustaría llegar; de forma asertiva y con la
suficiente resiliencia (obtenida de tus “fracasos”) para llegar a ser acorde,
consecuente y coherente con tu vida y tus objetivos.
En
cambio, echar balones fuera, echar la culpa a otros: es no asumir nuestra parte
de responsabilidad en cada ocasión, perdiendo así, una oportunidad única de
aprender y de mejorar.
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Hay que recuperar el entusiasmo, moverse e intentar ilusionarse, tal como dice
el escritor Xavier Guix en un reportaje para el periódico digital El País:
Necesitamos entusiasmo. Es una de las
claves de la vida. Además, es contagioso. Vale que las cosas están mal. La
crisis, el paro. Pero en la espiral del pesimismo nadie sale del agujero. Nada
se puede esperar de quien no cree en sí mismo. ¿Para qué entusiasmarse ante
tantas dificultades como nos pone la vida? Para convertirlas en posibilidades.
¿De qué sirve el entusiasmo cuando no se tiene trabajo? Pues precisamente para
crear mejores condiciones para conseguirlo.
Seligman confirmó en sus estudios que
el entusiasmo se encuentra en aquellos individuos que piensan que hay que vivir
plenamente cada momento de la vida, evitando el abatimiento y la indefensión.
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Debemos asumir que nuestro cerebro es vanidoso y ególatra, porque siempre trata
de convencerse de que nuestra posición y nuestros pensamientos, son siempre los
correctos; autoprotegiendo así nuestro
ego: no encajando lo que no nos gusta, eliminándolo o transformándolo.
Si
bien este proceso, es positivo, porque en cierto modo protege nuestra autoestima,
en exceso, puede producir resistencia al cambio, soberbia e incluso ir en
contra de quién en realidad te está dando las herramientas para el cambio que
en realidad tú necesitas. Volviendo así a la zona tranquila, la zona de
seguridad… Creyendo que estás avanzando, cuando en realidad sigues estancado.
- Y es que, como dice el escritor, Carlos
Castaneda:
“A los seres humanos les encanta
que les digan lo que deben hacer, pero aún les gusta más luchar y resistirse a
hacer lo que se les dice; y de este modo se enredan en aborrecer a quien los ha
aconsejado”.
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Es preferible tener en nuestras vidas a gente que te remueva tus cimientos: que
te haga pensar, que te motive, que te emocione, que te haga vibrar, que te
inspire y que te haga una crítica constructiva, pues es la que te hace
progresar y avanzar.
Aquellos
que ya no están, lo han decidido por propia voluntad, independientemente de ti,
están el derecho de hacerlo al igual que tu tienes el deber de reconducir y
reinventar tu vida.
Ellos son los maestros de tu vida, porque de cada uno habrás aprendido una lección.
Pero como todo, debe ser un cambio sincero, profundo, con la motivación suficiente puesto que: "el cambio está de moda, pero el agua que sabe mal en un vaso seguirá sabiendo mal en otro".
Ellos son los maestros de tu vida, porque de cada uno habrás aprendido una lección.
Pero como todo, debe ser un cambio sincero, profundo, con la motivación suficiente puesto que: "el cambio está de moda, pero el agua que sabe mal en un vaso seguirá sabiendo mal en otro".
Agudiza
tu instinto, toma verdadera consciencia; pues tu cerebro puede engañarte e ir
contra quién en realidad te está ayudando a pasar de nivel, sal de ese pantano
emocional y avanza.
No
olvides que el cambio es en realidad desarrollo, aprendizaje, motivación,
superación y crecimiento emocional.
Tú
eres el protagonista de tu vida, lo que tu no decidas, lo decidirán otros por
ti. Cree en ti.
Sólo
se gana cuando se pierde el miedo a perder.
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Yo quiero vivir sin miedos, con todas sus consecuencias… ¿Y tú?
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Si tienes un ratito, te animo a que veas los siguientes vídeos ya que para mi
me parecen muy motivadores para pensar en tu propia manera de “reinventarte”.
Espero
que te gusten.
1º.-
¿Te atreves a soñar?
2º.-
Entrevista de Buenafuente al motivador Emilio Duró.
3º.- Cuento "El Elefante Encadenado"; Jorge Bucay.
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me sumo a los cambios..... felicitaciones por el blog :)
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